Una furtiva "lacrima", como decía la romanza operística, es lo que me sorprendió ayer mientras ultimaba las pruebas para una sesión nocturna que esperaba repleta de lagrimones de San Lorenzo. Durante el resto de la sesión... no vi ni una más. Lo mío sí que eran lagrimones. Os dejo esta imagen con la cola norte de la vía lactea al fondo.
Javier Lillo suarez
2018ko abuztuak 12
Como siempre en la diana
Iruzkina argitaratu aurretik berrikusi egingo da.