TRÁFICO AÉREO
Van dos fotógrafos nocturnos a retratar las lágrimas de San Lorenzo y durante las dos primeras horas ¡no ven ni una!
Van los dos fotógrafos nocturnos a fotografiar las lágrimas de San Lorenzo y como no veían ni una, se cambian de sitio y ahora sí. Las ven... casi siempre caen cuando el tráfico aéreo es más intenso. Aviones, satélites... y entonces cae la lágrima centradita, tan mona, cerquita de los árboles. Desaparece el tráfico y entonces, si cae alguna, lo hace bien en el borde de la imagen.
Van los dos fotógrafos nocturnos y, como no aciertan a retratar nada de fundamento, recurren al viejo truco de los trazos de estrellas.
Y así fue la noche. Cinco horas mirando al cielo buscando a San Lorenzo para que nos enviase sus lágrimas. Como decía Peret, la lágrima cayó en la arena. Porque en Zanpori cayeron pocas. aviones sí. Y satélites.