Rizando el rizo, ayer nos colamos en la cascada de Arrako en plena noche para retratar este mágico lugar.
Esperábamos algo más de otoño en las hayas circundantes pero la localización es tan rica que merece la pena retratarla en cualquier momento. La noche era estupenda: escasa luna, sin viento y una temperatura aceptable para ser mediados de octubre en Belagua.
Para terminar la sesión, visita de la guardia civil junto a la ermita cuando regresábamos.
¿Cómo por aquí a estas horas?
No, de hacer fotos...
Ah... ¿fotos ahora?
Si. nocturnas. jiji
Claro, continúen, continúen.