En la primera imagen los dosmil Ezkaurre y Txamantxoia, vistos desde el dosmil Arlas y debajo, el extraño e hipnotizante paraje de Larra.
En la segunda escena, el contraste de estos terrenos áridos que emergen desde los bosques de haya y pino.
Una vez que tienes esto a la vista no puedes dejar de encuadrar.