Esta es la tenebrosa tarde de Domingo que queda a los habitantes de Isaba. Una vez más, las dotaciones de energía para el Pirineo fallan a la primera de cambio. Esta vez sin nieve por medio. Una ventolera fuerte es suficiente para poner en jaque a la población de este valle pirenaico De Roncal. No entiendo nada de infraestructuras pero es evidente que fallan más que una escopeta de feria. 

Los escasos negocios que subsisten en el valle vuelven a mirar con preocupación la duración de este nuevo apagón. Los suministros peligran. 

Los críos de la campaña de esquí que acaban de llegar al pueblo, se preguntan si el aspecto siniestro de las calles es parte de una performance de recibimiento. 

¿Qué inversión habrían de realizar en el pirineo las compañías que año tras año, con crises o sin ella, se forran a beneficios? respuesta: la que sea necesaria, leches!

Mientras escribo estas líneas, la luz, aunque titubeante, ha regresado. Esta vez no ha durado mucho... de momento..