Los miércoles de Agosto el verano se sacude la pereza en Isaba para vibrar durante un rato al son de las ilusiones de sus vecinos. Una vez más, el encuentro intergeneracional y la diversidad de los de dentro y los de fuera. Se trata en los mercadillos de Agosto de poner en valor la manufactura lograda en las horas de ocio del invierno pasado o quizás, simplemente, de buscar el reconocimiento amable con el otro. Se trata de ofrecer y recibir, reunirse, sonreir. No es más... ni menos.
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